lunes, 24 de octubre de 2005

Tres tipos de discurso

Hay tres cuestiones de las que se quiere convencer a otro o a otros. Todas las demás se remiten a ellas.


Podemos intentar convencer de que algo ocurrió (o no) con razón o sin ella. Es el tipo de discurso que se diseñó para los juicios, de donde que se le llame género judicial.


Podemos intentar convencer para que se haga (o no) algo por un (buen) motivo. Es el tipo de discurso de las deliberaciones que se ven en una asamblea, de donde que se le llame género deliberativo.


También podemos simplemente hablar por hacer un elogio o vituperio, por hacer ver que todos pertenecemos a una misma comunidad, por demostrar que otros son diferentes. Es el tipo de discurso que se llamó género demostrativo.


Igual se te ocurre que esto no tiene nada que ver contigo, pero te voy a dar algunos ejemplos muy sencillos:


1. Llegas a casa más bien empapado de alcohol y sabes que te van a soltar una buena cuando abras la puerta. Si te quedan recursos y lucidez, ¿qué le cuentas a quien te espera al otro lado?


2. Estás hablando con otras personas y viendo si es mejor pasar la tarde en el cine o de copas. ¿Qué les dices para que te hagan caso?


En serio, la retórica no está tan lejos de nosotros como creemos. Quizá son los especialistas los que se empeñan en ponérnosla lejos, más bien.

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